Siendo sinceros, no todos los proyectos salen como uno imagina al principio. Puede ser tanto por causas externas como por errores propios, y otras por simplemente no fluir las cosas como deberían.

En Beat Films sabemos y tenemos muy presente que los errores también forman parte del proceso. Lo realmente importante es saber cómo reaccionar y cómo solucionar cuando algo no sale como esperabas.

En primer lugar, uno se suele frustrar, pero la clave está en parar, revisar lo que estás haciendo, mirar lo que ha fallado y si era evitable o no. De esta manera podemos encontrar soluciones reales.

Se habla con el cliente, explicándole que ha pasado, qué alternativas hay y que has pensado para solucionarlo. El ser honesto genera más confianza que si intentas ocultar el error cometido.

Cada proyecto que no sale como uno esperaba, siempre deja un aprendizaje, ya sea de planificación, técnico o de comunicación. Se toma nota para no repetirlo, la cosa está en aprender del fallo.

Aún de no haber sido un trabajo perfecto, siempre está bien celebrar todo lo demás que ha ocurrido, es decir, un plano espectacular, buen trabajo en equipo, buenas ideas… Hay un intermedio entre el blanco y el negro.

La equivocación no es sinónimo de fracaso, ni te hace menos profesional. Te hace humano y te ayuda a crecer con tu marca y tu trabajo.